jueves, 1 de septiembre de 2011

Volver a nacer.

Su vida entera había sido
un ir y venir de promesas no cumplidas,
de intentos fallidos,
de recuerdos enterrados en el olvido.

Con miedo a lo que pudiera encontrar
miró su imágen en el espejo,
y todo lo que nunca quiso ser
la contemplaba desde su reflejo.

Decidió entonces que no iba a tolerar
que todas las decepciones
que alguna vez le habían tocado vivir
le impidieran volver a brillar.
Quería que no más lágrimas

opacaran su sonrisa,
escribió un poema de amor y se lo dedicó a sí misma.
Quería cerrar los ojos y llegar al cielo,
y saber cómo era no sentir miedo.
Quería ser viento, marea y sol
y también quería ser una canción.
Al saberse merecedora de todas estas cosas

no pudo más que llorar,
pero ahora sus lágrimas eran más dulces
de lo que alguna vez pudo imaginar.
Finalmente, se convirtió en lo que siempre había sido:
un sueño no vivido,
una historia en un pergamino,

Un abrazo en el vacío.

A Belén.

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