domingo, 15 de diciembre de 2013

Desde la ventana el cielo se ve rosa.
El viento que me revuelve el pelo es naranja. La música hoy suena azul.
Un suspiro. Es blanco. 

-¡Achís!
-Salud.
-Gracias.

Tengo veinte dedos. Son casi tres arcoiris.
Sonrío verde, pero las carcajadas son amarillas.
"Punto y coma, el que no se escondió se embroma"
-Y vos...¿de qué color sos?

lunes, 25 de marzo de 2013

Pobrezas

"Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen silencio, ni pueden comprarlo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que comen basura y pagan por ella como si fuera comida.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen el derecho de respirar mierda, como si fuera aire, sin pagar nada por ella.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen más libertad que la libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no saben que son pobres."



E. Galeano

sábado, 23 de febrero de 2013

De viento y sol sus anhelos,
de granito y cal sus realidades.

Sentada sobre una piedra le sonreía al río que corría a sus pies. Ahí, lejos de casa, se le hicieron presentes todas esas cosas que podría llegar a extrañar; esas cositas que, cuando estaba a la deriva, la hacían poner un poco los pies sobre la tierra. Pero, ¿era ahí donde quería tenerlos?

De concreto y adoquines su presente,

de marea y barro su futuro.

Sintió el agua que corría entre sus piernas y, por primera vez en mucho tiempo, sintió sólo paz en su cuerpo. Podía verlo todo sin abrir los ojos, podía percibirlo todo desde donde estaba. Eso que tenía a su lado, y también acercando todo lo que estaba lejos.
Poco a poco se fue dejando arrastrar, hasta volverse agua ella también y nadar libre río abajo. La corriente no la arrastraba, marchaban juntas, como pares, como iguales. Entonces lo supo.

Ahí, lejos de casa, encontró su hogar. 

martes, 4 de diciembre de 2012

lunes, 19 de noviembre de 2012

Cargo una infancia en mi espalda.
Susurra en mi oído cosas que alguna vez tuvieron sentido, mas hoy me resultan simples palabras unidas al azar.
Me propone un mundo de oportunidades que sé que no sabré aprovechar, pero las anoto en un cuadernito de utopías por realizar.
Inventiva y espontaneidad son sus reglas básicas. Reglas que olvidé cómo seguir, encerrada en mi frágil y cuadrada caja de cristal.
Por momentos es una dulce cosquilla de recuerdos en mi nuca, o el pesado rejunte de todas esas pequeñas cosas que no logré concretar.
Cada tanto la siento caer. Me confundo. ¿Me da miedo? Después vuelve a aferrarse a mí. Me tranquilizo. ¿Retrocedo?


Cargo una infancia en mi espalda.
¿Algún día bajará para caminar a mi lado?

viernes, 7 de septiembre de 2012

Más que nada, tiempo fue lo que nos tomó.
Tiempo para abrir los ojos y mirarnos las caras. Tiempo para salir del capullo y hacer nuestra propia flor.

Ahora respiramos una primavera invernal. Caminamos por el pasto sin saber si lo pisamos con nuestros pies, nuestras cabezas o nuestros labios. ¿Y si el pasto es en realidad tu boca, y los pasos son en realidad mis mejillas? Entonces no dejemos de caminar nunca...
Y le pido al tiempo que deje de correr un rato, que nos regale una estación más. Que a esta primavera la sucedan otras, infinitas. Que nos deje otros tres meses para seguir caminando un rato más.