sábado, 27 de agosto de 2011

Decenas de miles de pasos valientes que recorren el país de norte a sur, de este a oeste. Una voluntad que no conoce fronteras. Un propósito que va más allá de la comprensión de unos pocos infelices.
Los derechos y deseos se unen y se vuelven uno: una fuerza imparable que continuará luchando hasta que aquello que debería ser suyo se vuelva realidad.
Nada parece deneterlos, ni el humo, ni el agua, ni siquiera esa voz perversa que sale del suelo y las paredes, susurrando que alguien tiene que pagar.
Las trabas sólo parecen fortalecerlos. Crecen. Se vuelven más inteligentes. Son más. 
Responden a la furia con paz, y eso parece ser lo que más enfurece al demonio.
Un disparo. La muerte injustificada de un inocente.
Los pasos se detienen.
El demonio sonríe, satisfecho.


Mientras, al otro lado de la cordillera, alguien llora de empatía.

viernes, 26 de agosto de 2011

Rara.

Hoy todas las cuerdas de mi guitarra suenan igual.
hoy el mate siempre está lavado,
y lo dulce es igual a lo salado.
Hoy las mariposas en el estómago se sienten como náuseas.
hoy el sexo es un beso en la mejilla,
y el orgasmo una simple caricia.
Hoy no puedo mirar al cielo.
hoy el suelo esta arriba, abajo y a los costados
y las risas son muy parecidas a los llantos.
Hoy todo es igual, pero a la vez muy distinto,
hoy no sé lo que siento o lo que quiero sentir.
Hoy sólo espero que sea mañana.

domingo, 21 de agosto de 2011

Ipso Facto

Salió de su casa con un aire optimista, triunfador. Sentía que, de alguna manera, el mundo era suyo. Estaba seguro de que nada ni nadie podría detenerlo, ya había ganado todo lo que había para ganar. 
Caminó sin prisa pero sin pausa por un tiempo difícil de determinar; pudieron haber sido horas, o tan sólo breves minutos. No lograba comprender por qué, pero estaba teniendo una leve dificultad para llevar consciencia del paso del tiempo.
Ese día era diferente. Todo a su alrededor se movía en una frecuencia distinta a la normal, a la que estaba acostumbrado. Parecía no poseer las cosas de la misma manera que siempre. La gente pasaba a sus costados como una nube borrosa, distante, a una velocidad inmensurable. Le costaba enfocar las imágenes, nada se veía con claridad. Los párpados le pesaban, le pesaban demasiado. La ropa le quedaba grande. Sus zapatos ya estaban demasiado embarrados. Las cuadras le resultaban mucho más largas. Las calles no eran como las recordaba. Y la gente tampoco. Todos se movían más rápido que él, casi sin percatarse de su presencia.

De golpe, se sintió pequeño. Minúsculo. Se sintió...nada. 
Se sentó en el banco de una plaza, abatido, desconcertado, desconsolado. En un abrir y cerrar de ojos todo lo que creía conocer había cambiado, y no encontraba la manera de adaptarse a este nuevo mundo que tocaba a su puerta. Miró sus manos torpes y cansadas, estaban arrugadas.
Una lágrima cayó débilmente de un ojo que creía haber visto todo, pero que en realidad no había visto nada. Entonces, su vida pasó caminando altanera por su lado, y le dedicó una breve mirada y una sonrisa de suficiencia. Y ese hombre que pasó sus años navegando en mares de ignorancia, sólo pudo preguntarse:
¿Cuándo fue que envejecí tanto?

sábado, 13 de agosto de 2011

Pánico.
Hay personas en la calle, personas que no me quiero encontrar.
Venden vidas de personas venidas a menos, obligando a gente inocente a perderse en una nube de humo de cigarrillo. Cerrando todas las salidas de emergencia.
Imprimen en las mentes de los distraídos la idea del amor perecedero.

Juegan en las alcantarillas a descocer muñecas de trapo, mientras destruyen las fantasías de los niños con palos de criket. 
Hacen temblar el piso de los vacilantes. Ahogan en barro a las musas de los artistas.
Me buscan pero no me encuentran.
Intentan seguir mi rastro pero les es imposible.
Porque yo soy un eslabón perdido. 
Soy un recuerdo impreso en unas pocas palabras. Y permaneceré intacta, a salvo de las tempestades y librada a la interpretación de los afortunados que logren escapar de la tormenta.
Trascender.
Ser inmutable.
Convertirme en una utopía.

Ver más allá.



lunes, 8 de agosto de 2011

TAREA PARA EL HOGAR:

Encontrarse una anomalía psicológica y lograr reírse de ella sin buscarle explicación alguna.

¿La mía?

Últimamente escucho la voz de Aníbal Fernández en todos lados...

jueves, 4 de agosto de 2011

simples pensamientos, disculpen

Considero que hoy en día las cifras y todo lo que éstas conlleven, están sobreestimadas. Quiero decir que (y espero se me disculpe por ser tan reacia a todo aquello que implique el uso de una ciencia exacta), a los números, las estadísticas, los cálculos, etc. se les da un uso y una relevancia que a mi creer, va más allá de lo necesario. ¿Por qué todo tiene que estar necesariamente condicionado por una cifra, un horario, o una medida? ¿Por qué nuestras acciones, estimaciones y especulaciones se basan en números que restringen cualquier tipo de libertad de ese mismo accionar?
Soy plenamente consciente de que "Sí, las matemáticas, la física y demás ciencias exactas son absolutamente necesarias para la vida y bla bla blaaa..." Pero, creo firmemente que todas nuestras respuestas, pensamientos y suposiciones estarían mucho más abiertas a la imaginación, y resultarían mucho más interesantes si nos librásemos por unos instantes de esos benditos números.
-¿Cuánto pesas?- Peso mi piel, mis músculos, mis huesos y mi conscicencia.
-¿Cuánto medís?- Mido toda la distancia que separa mi cabeza del suelo
-¿Cuánto tardás en llegar al colegio a la mañana?- Más que en ir al kiosco, pero definitivamente menos que en llegar a Villa Gesell

-¿Cuánto dura la película?- Lo suficiente como para escuchar la discografía entera de Nirvana mientras la ves
-¿Qué te sacaste en la prueba de geografía?- una muestra de mi regularidad como estudiante.



Y así podría seguir un rato...Pero en serio, permítanse a ustedes mismos intentar comunicarse por algún rato (y por favor no lo cuenten) sin números, resulta muchísimo más complicado e interesante.
Y pido disculpas por no haber aportado nada a este blog en el día de la fecha, pero me parecio vital para mi salud mental el decir estas cosas....Gracias.