Las paredes comenzaron grises. Yo comencé pequeñita.
Todo tan grande. Tan inmenso. Yo tan perdida, pero al mismo tiempo tan encontrada.
Cuando miraba para arriba encontraba allá a lo lejos, el techo de cristal que dejaba pasar la luz del sol. Las paredes se iluminaban y se veían pequeñas grietas; y adentro de cada una, un universo distinto.
Decenas de cuerpo pasaban corriendo a mi lado. Saltaban, jugaban, reían, algunos lloraban.
Un mástil se imponía alto y victorioso a mi lado. Sarmiento me observaba juicioso por detrás. Aurora me daba los buenos días todas las mañanas.
Varias personas me tomaron de la mano. Algunas aún lo hacen. Otras, ya no.
Las paredes se volvieron amarillas. Yo había crecido un poquito.
Todo igual de grande. Todo igual de inmenso. Yo tan en casa.
Subí los escalones que me acercaban un poquito al techo. Desde acá el sol se ve más grande y brillante. Acá me siento alta.
Anteojos. Aparatos fijos. Lentes de contacto. Anteojos de nuevo. Pelo largo. Pelo corto. Sonrisa de marfil. Aparatos movibles.
Bolsas de dormir en los pisos de las aulas. Un guiso preparándose en la cocina. Un megáfono pierde la vida en el patio.
Amigos, compañeros, amigovios, ignorantes, conocidos, grandes, chicos, si te he visto no me acuerdo, gatos, palomas, huerta.
Música, baile, hamburguesas, fiestas, proyectos, clases, teatro. Aula Magna.
1° 2° 3° 4° 5°
Ahora de las paredes salen unas manos que me saludan. Yo les contesto. Un poco contenta, un poco triste. Lloro y porque lloro me da risa. Ahora ya no es tan grande. Ya no es tan inmenso. Ahora llevo todo conmigo, acá adentro.
Me voy. Un poco menos pequeña, un poco menos ignorante, bastante más humana. Me voy. No me quiero ir. Vuelvo. Me quedo acá para siempre.
jueves, 24 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
Gracias.
"Del motor del tiempo
al motor del corazón"
Se saborea ese olor particular
esas sonrisas contagiosas.
Se mastica el paso de las
Se mastica el paso de las
hormigas en el alambre,
el escondite de la luna.
Grandeza que desborda
Grandeza que desborda
grandeza humana.
Tobogán de rocas ilumina
Tobogán de rocas ilumina
tu nombre, Malimán.
Juntos hicimos del viento
Juntos hicimos del viento
una melodía,
logramos ser un solo camino.
Juntos, volvimos a la vida.
Nos ayudaron a detener el tiempo
y mirarnos realmente a la cara
y llorando de alegría descubrimos
Juntos, volvimos a la vida.
Nos ayudaron a detener el tiempo
y mirarnos realmente a la cara
y llorando de alegría descubrimos
lo que en realidad nos pasa,
que ustedes lograron
traernos de vuelta a casa.
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