martes, 17 de mayo de 2011

Sueños.

Anoche soñé que trabajaba en una fábrica de pipas y alpargatas, y el presidente de mi sindicado era Charles Chaplin. Mientras trabajábamos se podía escuchar como música de fondo a Pedro Guerra, a Sabina y a Piazzola. A la hora del almuerzo, Saramago me estaba esperando en la puerta para llevarme a comer unas bananas fritas a Cuba. Accedí sin pensarlo. Mientras degustábamos nuestra comida frente a un mural del Che, Saramago me ofreció hacer con él y con Sábato un tour personalizado por América Latina en las vacaciones de verano, porque los dos iban a estar libres por la fecha. Cuando terminamos, me llevó hasta mi casa en el sidecar de su scooter; como había tiempo, aprovechamos y visitamos unos amigos en La Quiaca, Rosario y Carlos Paz. Cuando llegué a casa me sentí invadida por una inspiración que nunca había experimentado, era mágica. Me senté y empecé a escribir la más hermosa de las historias, mientras tomaba unos mates infinitos con las facturas de crema pastelera más dulces del planeta.
Al rato me desperté, y resulta que me había sacado un 2 en matemática y para almorzar había arroz con brócoli. 

Qué lindos que son los sueños.

2 comentarios:

parido por cande