jueves, 17 de marzo de 2011

Ese fue probablemente el regreso a casa más largo que hubiera hecho en su vida. Sus pies le resultaban tan pesados que apenas podía caminar, pero a la vez tan ligeros que no podía determinar si realmente estaba parada en algún lado. Hacía rato que sentía que flotaba a la deriva, y aquello no parecía que fuera a cambiar pronto.
Aún daban vueltas en su cabeza todas y cada una de aquellas palabras, como despiadadas voces que disfrutan del placer de ser testigos de la progresiva destrucción de su cordura. De vez en cuando una de esas voces daba un grito voraz que desgarraba un poco más su corazón y la hacía perder el equilibrio.
Sentía que la palabra "pena" había dejado de tener sentido hace tiempo; ella ya había ido más allá, mucho más allá en ese inacabable túnel al desasociego. De nada servía ya llorar. Las lágrimas saladas ya no sanaban, sólo hacían arder al rojo vivo las heridas. Lo único que anhelaba era poder comer su propia carne y beber su propia sangre, y desaparecer en el infinito abrigo de la noche.
Sus trémulos pasos resonaban estridentes en oscuro pavimento de la calle desierta, y por un breve pero magnífico segundo, sintió que aquel mundo feroz le pertenecía. Supo que si se lo proponía, podría hacer suyas todas las alegrías de la tierra, porque ella ya habia visto, oído, olido y probado lo peor, y ahora tenía la certeza de que todo lo demás le resultaría una hermosa cosquilla en los pies. Porque después de todo, pensó, luego de tocar fondo sólo resta subir; subir y subir hasta que sus manos se quemen con las estrellas y pudiera disfrutar de ello.
De pronto el camino a casa dejó de ser largo, porque ella ya había llegado a casa hace tiempo...
La lágrima cayó de su ojo y recorrió su mejilla. Al llegar a la boca ésta la probo, y, para su sorpresa, le encontró el más dulce de los sabores.

1 comentario:

  1. Obvio que sabía que nos unia más que un pasado lejano, pero encontrarte caminando por Malimán, por los bancos de aulas mugrientas, por reuniones, por depósitos, por blogs, por viejos amigos y nuevos también, me hace pensar que tenemos más cosas en común de lo que pensamos.
    Te quiero mucho Cande, todavía nose como fundamentar esa palabra, sólo lo siento.

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parido por cande