Ahí está escondido, al acecho, esperando salir ante el menor descuido. Lo tengo yo, lo tenés vos, lo tiene ella. Lo tienen todos. Pero nadie quiere admitirlo.
Dicen que existe desde hace mucho tiempo, y que se lo ignora desde hace muchísimo más. Muchos afirman haberlo visto, o haberlo escuchado pasar muy cerca suyo. Algunos incluso se jactan de haber seguido sus pasos. Nadie se anima a creerles. Nadie se anima a reconocer que realmente existe.
Más de una vez me decidí a buscarlo, recorrer las calles y rutas intentando escuchar eso que tiene tantas ansias de decir, eso que siempre le pretendieron callar. Quiero poder mirarlo de frente, decirle "Acá estoy. Soy tuya, al fin" y llenarme de su esencia.
Aún no lo conseguí. Distintas voces pretendieron contestar a mis frustraciones que en realidad no está en ningún lado. Que se trata de un simple mito. Yo no le quise creer a ninguna.
Mientras, sigo buscando, con la frente en alto y esperando nuevas caídas.
Algún día lo lograré, no importa que también me tenga que volver un mito yo misma para protegerme de las críticas y miradas ajenas.
Algún nos veremos cara a cara.
Algún día encontraré el sentido común.